16.1.11

Gerd Leufert me lo dijo en sueños


Gerd Leufert. Trabajo en papel.

Los blogs me dan pánico, terror. Que la escritura se vuelva algo tan público, y que mi cuaderno deje de beber tinta por culpa de un teclado es algo inadmisible. Pero aquí estoy, escribiendo en un blog. Corrijo: escribiendo en mi blog. Sí, absurdo, lo sé; es increíble como siempre nos contradecimos.
La idea del blog vino con la distancia. O mejor dicho, vino con la idea de que la distancia crearía estas ideas. Estando en Caracas, a vísperas de mi viaje se me ocurrió que era una buena idea abrir un blog o buscar espacios cibernéticos para decir lo que a todo el mundo le da fastidio escuchar. Con la idea, vino el nombre. ¿O con el nombre, la idea? El caso es que si quería abrir un blog tenía que ponerle un nombre (los títulos son peligrosos y de ellos depende una aproximación o un rechazo). Estando despierta hice un listado de nombres pero todo acababa siendo o un gran cliché o algo imposible de recordar. Un fracaso total... Hasta que llegó la noche y mi vida onírica -una vez más- fue más lúcida (ya ven como uno en los blogs poco a poco va revelando parte de su ser). El sueño no era más que un eco de otro eco de otro eco de la palabra Memorabilia. ¿Quién la decía? No lo sé. Al despertarme dije: voilá este es el título.
En la mañana le cuento a mi madre todo el asunto y me recuerda que Gerd Leufert publicó dos libritos -entre otros-: Memorabilia y Visibilia (unas reliquias del pasado porque ya no se consiguen). Me encantó imaginar que era él quien me lo dijo en sueños y, sin pensarlo dos veces, me fui corriendo al computador con la desesperación de quien tiene una idea y no quiere que nadie se la quite. Pero al parecer - y aunque me cueste creerlo aún - las ideas son para que no sean de nadie: ya existía un blog llamado así. Entonces busqué el jardín de la casa de mi abuela, ese lleno de orquídeas caprichosas y tercos morrocoyes y lo traje a mi memorabilia.

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